martes, 29 de julio de 2008

El velero blanco...


Desde que era niño siempre tuvo el sueño,
que le dio un barquito hecho de papel,
y fue desde entonces que quiso ser dueño
del velero blanco y bogar en él,
no por los paisajes de cielos lejano
tampoco por islas de hermoso coral
él solo soñaba sentarse en su barco
y por una brisa dejarse llevar.

Al pasar el tiempo se quedó en un sueño
como tantos sueños, su sueño de mar
nunca dijo nada, pues siempre temía
que si alguien sabía se fuera a burlar.

Hoy que ya está viejo, y nadie le ofrece
por sus pocas fuerzas un trozo de pan,
agarra la silla, esa que se mece,
y se va hasta el patio, buscando soñar,
en la vieja silla se siente en el barco,
cerrando los ojos escucha la mar
y hasta hay una brisa...
que baja a sus labios
olas pequeñitas...
con sabor...
a sal...
Don Ramón de Almagro

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